jueves, 29 de diciembre de 2011

'Happy holidays with Bing & Frank', un especial irresistible

Pasada la Nochebuena aún queda por delante Nochevieja y el día de Reyes, así que en este blog seguimos rescatando material navideño del Rat Pack que ayuden a pasar estas fiestas con algo del divertido encanto de esta pandilla de artistas.
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Tras el especial de las familias Martin y Sinatra, aquí tenemos los cortes musicales de Happy holidays with Bing & Frank, todo un clásico de estas fechas, dirigido por el propio Frank Sinatra y emitido por primera vez el 20 de diciembre de 1957. La producción reúne, junto a Frank y Bing Crosby, a invitados como de excepción como Tina Sinatra, William Self o el pianista de cabecera de Frankie, Bill Miller. Con una duración total de algo más de una hora, para el blog hemos rescatado los siete cortes musicales, auténticas joyas navideñas que permiten disfrutar de Frank y Bing entonando piezas clásicas de estas fechas como 'Jingle Bells', 'Rudolph the Red-Nosed Reindeer', 'O Little Town of Bethlehem' o un impagable 'White Christmas'.
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Si tenéis curiosidad por tener el programa completo, lo editó hace algunos años el sello Hart Sharp Video, en una edición remasterizada y con interesantes contenidos adicionales.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

The Dean Martin Christmas Family Show

El 21 de diciembre de 1967 la NBC emitió un especial navideño del programa The Dean Martin Show protagonizado por Martin y Sinatra, acompañados por varios de sus retoños. El programa incluía canciones a cargo de cada uno de los cantantes, juntos y por separado, y temas entre sus hijos e hijas, marcándose unos duetos bastante efectivos. A destacar el divertido 'Do, re, mi' de Sonrisas y lágrimas, entonado por los artistas junto a dos de sus hijas.


Como invitado especial, además, Sammy Davis Jr. hace una aparición como un atípico Santa Claus.

Aquí tenéis el especial completo, con una imagen bastante defectuosa, sobre todo en la primera parte, pero un audio aceptable en todo el metraje. Merece la pena.

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domingo, 18 de diciembre de 2011

‘What kind of fool am I?’, o el Sammy más atormentado

Leslie Bricusse y Anthony Newley, autores especializados en el terreno del musical escénico, compusieron la canción ‘What kind of fool am I?’ para la obra Stop The World - I Want To Get Off, que narraba la vida de un artista de variedades y cómo acababa sacrificando familia y amigos a cambio de fama y fortuna. Aunque reestrenado en varias ocasiones desde su presentación, en 1962, el musical nunca ha destacado especialmente, al contrario que esta canción que traemos hoy al blog. Y entre los muchos artistas que la grabaron, ninguno logró hacerla suya de una manera tan visceral como Sammy Davis Jr.


Cuando la grabó por primera vez, en el 62, su excelente labor acabó valiéndole un Grammy a Bricusse y Newley a la mejor canción del año. Era un tema imprescindible en los recitales del cantante, y con el paso del tiempo, al igual que ocurriría con ‘Mr. Bojangles’, el tema acabaría adquiriendo tintes cada vez más autobiográficos. 

La primera actuación con la que ilustramos la letra data de 1962, el mismo año de grabación original, y muestra a un Sammy tan enérgico como de costumbre, con su poderosa voz al servicio del doliente texto. Sin embargo, aún más estremecedor resulta el segundo registro, perteneciente a un especial sobre el musical, grabado en Las Vegas en 1980, en el que Sammy canta e interpreta. Toda la primera parte de la canción es narración pura, con lágrimas en sus ojos, y no es difícil, cuando se conoce la historia del artista, sentir compasión al comprender la honda franqueza de su trabajo.


¿Qué clase de tonto soy?

¿Qué clase de tonto soy, que nunca me he enamorado?
Parece que sólo he querido pensar en mí mismo.
¿Qué clase de hombre soy? Sólo una cáscara vacía, una habitación solitaria
En la que debe habitar un corazón hueco.

¿Qué clase de labios son éstos que mienten con cada beso,
Que susurran palabras vacías de amor que me conducen a esta soledad?
¿Por qué no puedo enamorarme como cualquier otro hombre?
Y tal vez entonces pueda saber qué clase de tonto soy.

¿Qué clase de payaso soy? ¿Qué se yo de la vida?
¿Por qué no puedo quitarme la máscara de mi personaje y vivir mi vida real?
¿Por qué no puedo enamorarme hasta que todo me importe un bledo?
Y tal vez entonces pueda saber qué clase de tonto soy.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Una reedición, un grandes éxitos y una joya en directo

Este otoño han llegado a las tiendas dos novedades del Ol’ Blue Eyes, y ambos datan de su periodo de esplendor, entre finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta.

El primer lanzamiento es la reedición de uno de los álbumes menos conocidos de Sinatra, y sin embargo de los más significativos. Se trata de Ring-a-ding-ding (Universal), el primer disco que grabó el cantante para su propio sello, Reprise, que fundó tras abandonar Capitol cabreado por la falta de control que le permitían sobre sus discos (si quieres conocer toda la historia de esta aventura, puedes leerla en Rat Pack. Viviendo a su manera). "Ring-a-ding-ding" es una onomatopeya que evoca el sonido de las monedas en una máquina tragaperras, convertida en una expresión popular entre los integrantes del Rat Pack para celebrar el éxito, la diversión y los beneficios.
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El disco contó con Johnny Mandel como arreglista y reunió a los mejores compositores (Porter, Berlin, Gershwin, Kern, Cahn/Heusen, Schwartz/Dietz) al servicio de unos arreglos en la línea más clásica de Sinatra. Aunque suele pasar desapercibido en la discografía del artista, se trata de un debut excelente para el nuevo sello, con un equilibrio agradable y efectivo entre baladas y temas con mucho swing, todos ellos rebosantes de energía. La reedición cuenta con dos temas adicionales: 'Zing! Went The Strings of My Heart' y una versión inédita de 'Have You Met Miss Jones?'.

El otro lanzamiento es el que esconde la gran joya. Se trata del recopilatorio Best of the best (EMI), que compila una veintena de grandes éxitos del cantante tanto de la etapa Capitol como Reprise, selección aderezada con notas a cargo de Frank Sinatra Jr. y algunas fotos inéditas; lo de siempre. Lo bueno viene con la edición doble, cuyo segundo disco ofrece un concierto grabado en Seattle el 9 de junio de 1957. 18 canciones y un monólogo a cargo de un Sinatra espléndido, en el mejor momento vocal de su carrera, y con su imprescindible Nelson Riddle a cargo de la orquesta (lo que era toda una rareza, dado que se prodigaba poco en los directos). Lanzada hace demasiados años en una edición limitada bautizada 57 in Concert, esta actuación no incluye ni 'My way' ni 'New York, New York' ni demás éxitos de karaoke; sólo baladas y medios tiempos de esencia crooner entonados con un nervio y una hondura fascinante. La versión de 'My funny Valentine' haría palidecer al mismísimo Chet Baker. Probablemente el mejor directo de Francis Albert junto al Sinatra at the Sands, de 1966.
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jueves, 20 de octubre de 2011

Aquel crucero en el verano del 61

1961 fue uno de los grandes años del Rat Pack, con su amigo JFK en la Casa Blanca, su propia compañía discográfica (bueno, la de Frank: Reprise), y su hotel casino en Tahoe, el Cal Neva. Ese verano, Frank se marcó uno de sus habituales viajes en su yate particular -afición heredada de su admirado Bogart-, y lo hizo acompañado por Dino y una serie de amigas entra las que destacaba la espléndida Marilyn Monroe, con la que Sinatra volvía a retomar su intermitente relación.

Con el paso de los años han ido saliendo a la luz algunas imágenes de aquellas vacaciones, de las que he podido ir reuniendo estas cinco. Creo que su valor histórico y mitológico merecen la pena.

 Sinatra, Marilyn (tumbada tras él) y Dino, con dos amigas sin identificar.

Una fotografía realmente triste, con un Sinatra disfrutando del momento y una Marilyn visiblemente desmejorada, con la mirada perdida, pensando en sólo ella sabía qué.

Algo más que amigos, hasta el final.

 Dino siempre fue muy protector con Marilyn. Cuando la echaron del rodaje de su última película, que protagonizaban juntos, él decidió dimitir.

 Dino, Frank y Marilyn, aún en puerto.

miércoles, 19 de octubre de 2011

La carta más entrañable de Dino

'I'm gonna sit right down and write myself a letter' es una composición firmada por Fred Ahlert y Joe Young que acabaría convirtiéndose en uno de los números de apertura de Dean Martin, y una de sus piezas habituales en directo. Se trata de una canción romántica hasta lo empalagoso, en la que el protagonista añora tanto a su amada que decide escribirse a sí mismo una carta muy cariñosa fingiendo que es ella quien la firma.

Sin embargo, interpretada por Dino con su habitual desparpajo y esa radiante sonrisa que iluminaba el escenario, la composción se convierte en una divertida tonada, tierna, sí, pero desenfadada. La versión de este vídeo corresponde a una de las muchas veces que la cantó en su especial televisivo, con esa energía entusiasta que hicieron de él y del programa sendas estrellas de la gran pantalla durante más de una década. 

Puro Dino.



Voy a sentarme ahora mismo y a escribirme una carta

Voy a sentarme ahora mismo
Y a escribirme una carta
Y fingiré que viene de ti.
Escribiré palabras tan dulces
Que van a hacerme tambalear.
Un montón de besos al final
Que me alegraré de recibir.

Voy a sonreír y a decir:
“Espero que te sientas mejor”,
y me despediré con amor, como tú lo haces.
Voy a sentarme ahora mismo
Y a escribirme una carta
Y fingiré que viene de ti.

Voy a sentarme ahora mismo
Y me escribiré la carta más larga
Y fingiré que viene de ti.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Grabaciones inéditas: Rat Pack at 500 Club (1962)

El 500 Club fue uno de los locales de actuaciones más populares de Atlantic City entre la década de los cuarenta y los sesenta, y como tal, uno de los escenarios habituales de los chicos del Rat Pack.  Estaba regentado por el gánster Paul Skinny D'Amato, y tenía entre sus socios al mismísimo capo Sam Giancana. Fue allí precisamente donde Sinatra y Giancana se conocieron, por intermediación de D'Amato, aunque con quien éste mantuvo siempre una relación más estrecha fue con Dino.

En los primeros años 50, el 500 Club fue uno de los escenarios en los que el dúo cómico por excelencia, Martin & Lewis, dio muestra de su singular química. Fue allí donde el poderoso Louis B. Mayer acudió a verlos para decidir si los contrataba. Su reacción fue tan contundente como descriptiva: “El organillero no está mal pero, ¿qué voy a hacer con el mono?” Así que la pareja de cómicos acabó firmando con la Paramount y Mayer se arrepentiría durante toda su vida. Rodaron nada menos que dieciséis películas en once años, cada uno más taquillera que la anterior.


Irónicamentye, fue también D'Amato quien ayudó a Dino a labrarse una reputación como artista, además de ofrecerle algunos buenos consejos sobre cómo tratar con la gente, cómo respetar a quien era necesario y cómo hacerse respetar por los demás. Como tantos otros, Skinny no soportaba a Jerry Lewis, por eso tras la ruptura del dúo, cuando pocos apostaban por la carrera de Martin en solitario, D’Amato mantuvo su apoyo. 

Pero también Frank y Sammy recalaban habitualmente en este elegante garito de Atlantic City. Sammy especialmente estaba agradecido a la amabilidad de D'Amato, que lo tratataba como a cualquier blanco, salario incluido, lo que no era nada habitual en aquellos años.

 
La grabación que aquí rescatamos está datada el 25 de agosto de 1962. El fenómeno Rat Pack estaba en la cresta de la ola, con los rodajes de películas, grabaciones de discos, actuaciones conjuntas y un compañero de correrías sentado en el sillón presidencial de la Casa Blanca. Acababan de pasar una temporada actuando en Las Vegas y tras un periodo de relativo descanso Dino había acudido a Atlantic City a cumplir con un par de semanas de contrato. En las últimas jornadas se le sumó Sammy, y en cuanto se enteró, Frankie tomó un avión desde Palm Beach para no perderse la fiesta.

Aunque sólo recoge unos dos tercios del espectáculo, se trata de una impagable grabación histórica, con un audio además bastante decente, directamente de la mesa de sonido. Espero que os guste.


The Rat Pack at 500 Club, Atlantic City (25 de agosto de 1962)
Datos técnicos desconocidos.Duración: 40:08

1. DM - I'm Gonna Sit Right Now And Write Myself A Letter
2. DM - Volare
3. DM - On An Evening In Roma
4. FS - Goody Goody
5. FS - At Long Last Love
6. FS - I Get A Kick Out Of You
7. SDJ - The Lady Is A Tramp8-10. Juntos - Diálogos
11-18. Juntos - Midley
19. Juntos - The Birth Of The Blues
20. Juntos - Oh, Yeah, We Got A Lot More


domingo, 11 de septiembre de 2011

Dean Martin's Style, un excelente micro-documental

Hace algunos años, con motivo del lanzamiento de un disco antológico, la cadena BBC Four emitió un breve reportaje de apenas siete minutos titulado Dean Martin's Style. El metraje no tiene desperdicio, ni en lo que a declaraciones se refiere ni en cuanto al material gráfico que lo soporta. Para los que no chapurreéis la lengua de Shaskespeare he traducido algunos de los comentarios más interesantes. Y en cualquier caso, si os gusta Dino, no os lo perdáis. Las imágenes, las actuaciones y el entusiasmo en los rostros de quienes hablan de él no necesitan de diccionario.

Al principio, el editor de la revista GQ, Dylan Jones, y la hija de Dean, Deana Martin hablan sobre la relación de Dino con Sinatra: "El segundo era el jefe, y Dean era consciente de ello. Pero quizás por eso a Frank le encantaba su estilo indiferente, desenfadado, dándole todo igual, y lo imitaba".

Greg Garrison (productor del show televisivo de Dean Martin durante una década): "Cuando pones a estos dos tipos juntos en el escenario, quedas maravillado durante treinta segundos, y tus ojos se posan en Frank, no puedes apartarlos. Pero después de treinta segundos, tus ojos dejan a Frank, y ya, hasta que termina el espectáculo, no puedes apartar la atención de Dean. Frank podría ser arrollador, pero Dean era divertido; realmente gracioso".

Angie Dickinson: Dean no contaba chistes, sencillamente decía cosas graciosas.

Greg Garrison: Piensa en cuando lo cool era realmente lo que estaba de moda. Dean era el tipo más sofisticadamente cool que podías encontrar.

Más adelante, Garrison y Deana hablan sobre Dean bebiendo en el escenario, y explican que siempre era zumo de manzana. El personaje de ‘Dean el borrachín’ que creó tras la separación de Jerry era realmente una interpretación. Dino podía beber, pero siempre fuera de escena. A continuación, Garrison hace un comentario interesante: “Dean es una de las grandes contradicciones de todos los tiempos, entre la imagen pública que se proyectó de él en cine y televisión y su verdadera personalidad”.

Narradora: “Toda la vida de Dean fue una contradicción respecto a su imagen. Le gustaba beber, pero no era un borracho. Era un tipo casero, al que le gustaba estar con su mujer Jeanne y sus hijos”.

Deana Martin: “Había muchas fiestas, pero el que siempre estaba de marcha, el que nunca podía parar, era siempre Frank. Le encantaba”.

Geogre Jacobs (mayordomo de Sinatra): “Frank podía estar toda la noche de juerga, pero Dean solía tomar unas copas y largarse. Le gustaba levantarse a las seis de las mañanas para ir a jugar al golf”.

Greg Garrison, hablando sobre The Dean Martin Show: “¿Ensayaba? Nunca, y eso era lo mejor del programa.

Deanna Martin: “Él iba toma por toma. Veía que tenía que hacer y lo hacía. Y si se equivocaba no le importaba. Decía, ‘Vaya, me equivoqué’”.

Greg Garrison: Lo que veíamos de Dean era una perfecta interpretación imperfecta.

viernes, 9 de septiembre de 2011

"Como estaba diciendo..." (reactivando el blog)

Fue durante una gala de los Grammy de 1994. Le dieron a Frank un premio en reconocimiento a toda su carrera. Bono lo presentó, hablando de todo menos del talento musical de Sinatra, y después salió él. Toda una leyenda viviente, a cuatro años de su desaparición. Frankie empezó a agradecer aquel galardón, a recordar los viejos tiempos, a insuflar ánimos a los nuevos artistas... y de pronto vio a uno de sus asistentes haciendo aspavientos para que dejase de hablar. El realizador del programa había tenido los arrestos de cortar el discurso de Francis Albert Sinatra para pasar a la voz en off y presentar los siguientes premios; y de ahí, a la publicidad. Y mientras, Sinatra seguía hablando, como un viejo abuelete contando batallitas que no se entera de qué va la cosa.


Sinatra salió hecho una furia del teatro en el que se celebraba la velada, y al día siguiente la prensa destacó la poca profesionalidad de los responsables de la gala por la triste imagen que habían dado del cantante. Le pidieron mil perdones al Viejo Ojos Azules, aduciendo excusas absurdas de descoordinación. Entonces, alguien tuvo una idea que hubiese quedado genial. Al comenzar la gala de 1995, la pantalla en negro de la televisión se iría iluminando para dejar ver a un hombre de espaldas. Entonces Frankie se volvería hacia la cámara y anunciaría: “Como estaba diciendo...”. Como es lógico, el cantante rechazó la propuesta, pero no se puede negar que era original.

Pues eso mismo comenta el autor de este blog. Tras dos meses de cambios de todo tipo –ciudad, trabajo, imagen...-, espero haber recuperado la calma necesaria para proseguir surtiendo de contenido “ratpackero” este blog. Hace poco me comentaba un amigo que debía ser complicado llevar una web temática, sobre algo tan específico como Frank y los chicos. Para nada. Hay material de sobra, y muy curioso además. Sólo hace falta tiempo y ganas para buscarlo, ordenarlo y subirlo. Las ganas las tengo, y el tiempo espero arañarlo de aquí y de allá.

Para empezar, aquí tenéis el vídeo de aquel triste momento. Primero el poco acertado discurso de Bono, y a continuación la intervención de Sinatra. Si os vais a los últimos segundos veréis cómo aparece la careta de los premios, empieza a sonar la voz en off pero, en el escenario, Frankie sigue con su historia.

lunes, 6 de junio de 2011

Lo mejor de Frank en directo en Las Vegas

Hace cinco años Warner lanzó una caja de verdadero lujo que ofrecía cinco conciertos de Frank Sinatra en Las Vegas (cuatro en audio y uno en vídeo), registrados entre 1961 y 1987 en varios hoteles de la ciudad. Ahora que Universal está reeditando todo el catálogo del Viejo Ojos Azules, ha optado por una inteligente solución para aprovechar aquel material sin volver a lanzar un producto que aún está demasiado presente en su versión anterior.

La opción ha sido hacer un “concierto de conciertos”. Charles Pignone, destacado especialista en Sinatra, ha sido el responsable de reunir 17 cortes (14 canciones) para construir un espectáculo que jamás existió en realidad. Best of Vegas se nutre así de nueve cortes grabados en el hotel Sands (cuatro en 1961 y cinco en 1966), cinco en el Caesars Palace (en 1982) y tres en el Goden Nuggets (1987). La sensación de concierto “real” está muy lograda, con un empalme impecable de los temas, respetando incluso la presentación del artista (tomada del concierto del 61), su monólogo habitual (rescatado del 66) y el instrumental de despedida (del 82).


El disco resultante es un muestrario excelente de Sinatra en directo en una sala de mediano aforo, que eran sus recintos favoritos. A la medida de éstos se ha confeccionado un repertorio de piezas clásicas en la línea “saloon-song” que tanto le gustaban al de Hoboken. Brillan por su ausencia supuestos “imprescindibles” como ‘My way’ o ‘Strangers in the night’, aunque se ha respetado un ‘Theme from New York, New York’ que sólo sirve para poner de relevancia que, por popular que se hiciese esta canción, era con el cancionero tradicional —de Rodgers&Hart, Porter, Gershwin, Cahn&Heusen— con el que brillaba realmente el genuino talento de Francis Albert.

‘The lady is a tramp’, ‘I’ve got you under my skin’, ‘All or nothing at all’, ‘Pennies from heaven’, ‘Witchcraft’, ‘Moonlight in Vermont’ o ‘Fly me to the moon’ son algunos de los cortes seleccionados, además de un monumental ‘Angel eyes’, una de las obras cumbres de Sinatra en cualquier directo, que no resulta menos memorable en la grabación de 1987 de la que se ha extraído. En el ambiente se palpa la familiaridad del artista con su público, y viceversa. En pocos sitios como en Las Vegas se sentía Sinatra tan cómodo a la hora de actuar —quizás en Nueva York, en el Carnegie—, y esa confianza, traducida en intimidad y complicidad, se contagia y se agradece. Emocionante en las baladas, arrollador en los swings.

Junto a un par de fotos inéditas, en ambas con un joven Quincy Jones (a cargo de la orquesta de Count Basie en el 66), el libreto rescata algunas de las notas de Charles Pignone para la caja original.

jueves, 19 de mayo de 2011

Reportaje gráfico del Rat Pack en escena en 1960

Magnífico reportaje fotográfico en color (lo que es toda una rareza) de Frank, Dean y Sammy en directo, en 1960. No hay datos sobre el local. Por el escenario juraría que no se trata del Sands. Tal vez sea el 500's Club de Atlantic City, o el Fontainebleau, en Miami; en ambos ofrecieron varios espectáculos juntos aquel año. 

Las fotos fueron hechas por Ted Allan, y actualmente gestiona sus derechos Mptv Images. Para verlas a más tamaño basta pinchar sobre ellas.

 







 


 



domingo, 8 de mayo de 2011

The toast: el brindis por antonomasia del Rat Pack



Cuando los chicos estaban en escena, antes o después llegaba "el momento de la ensalada", cuando alguien aparecía empujando un carrito con una amplia selección de bebidas, copas y una fuente repleta de cubitos de hilo. Bebían mientras cantaban y bromeaban, y a lo largo de la actuación lanzaban brindis irreverentes y provocadores que acababan arrancando las carcajadas del público. El más popular era el que sigue, original de Dino.

Evidentemente es un brindis machista, sexista y todo lo "ista" que se pueda imaginar, pero no perdamos la perspectiva histórica: hablamos de 1960. Lo cito en inglés para conservar la rima:

"I finally found the perfect girl 
I can not ask for more. 
She's deaf and dumb and oversexed 
and owns a liquor store".

("Finalmente encontré a la chica perfecta, no puedo pedir más. Ella es sorda y muda y ninfómana, y dueña de una tienda de licores")
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martes, 3 de mayo de 2011

Sammy a la batería (el artista más completo)

Creo que la mayoría de los que admiramos a Sammy Davis Jr. no nos cansamos de repetir cuantas veces sea necesario que ha sido uno de los mayores artistas del siglo XX, y casi con toda seguridad el más completo. Es imposible encontrar a ningún otro personaje del show business que cante, baile, bromee, imite, interprete y toque diversos instrumentos, todo ello con una maestría similar. 
Sin duda Sammy se merece mucho más que el reconocimiento del que ha gozado. Fue, además, un artista afroamericano pionero en innumerables terrenos para su raza, luchando para abrir puertas que siempre habían permanecido cerradas para los suyos. Gente como Quincy Jones o Michael Jackson así lo reconocieron: sin Sammy no hubiera sido tan fácil. Seguramente, de haber tenido ya ese camino abierto, hoy será mucho más conocido y respetado.

Aquí tenéis una muestra del talento de Sammy Davis Jr. cuando cogía las baquetas y se sentaba a la batería, su instrumento favorito junto a la trompeta. Disfrutadlo.


Y por si fuera poco, ya que estamos alabando las virtudes de Smokey, como lo apodaban los chicos (era el fumador más compulsivo del grupo), os dejo este otro vídeo impagable: entonando una canción mientras demuestra sus dotes para hacer florituras con el revólver. Le encantaban las leyendas del Salvaje Oeste, y mataba el tiempo practicando para desenfundar rápido. Al final del vídeo, incluso, ofrece algunas nociones sobre cómo se hacía en realidad.

viernes, 29 de abril de 2011

Sinatra televisivo: el punto flaco de Francis Albert

Por alguna extraña razón Universal presenta este material como “el conjunto completo de especiales de televisión grabados por Frank Sinatra”, aseveración que han repetido sin pudor innumerables medios. Y no deja de resultar chocante cuando el propio sello ya ha reeditado algún que otro especial y sin duda presentará bastantes más. Warner editó en su momento en DVD doce de los quince que grabó La Voz. Sería todo un detalle que por fin pudiésemos disfrutar de todos ellos.

La televisión fue siempre la espina clavada de Francis Albert. Dean Martin se convirtió en uno de los personajes más populares de la televisión estadounidense gracias a su “The Dean Martin show”, que se mantuvo en antena desde 1965 a 1973, reportándole premios y grandes dividendos. Y cuando la audiencia empezó a caer, la NBC constató que el público estaba cansado del formato, no del presentador, así que reciclaron a su estrella en el espacio “The Dean Martin celebrity roast”, que sobrevivió durante once años.

Frente al arrollador triunfo de su amigo y compañero de farras, los intentos de Sinatra por tener su propio espacio televisivo se habían saldado con varios sonoros fracasos. Su primera serie fue, en el fondo, el clavo ardiendo al que se agarró Sinatra para intentar salvar la mala racha que atravesaba a comienzos de los cincuenta, cuando sus ventas cayeron, apenas recibía propuestas de Hollywood y le costaba encontrar escenarios en los que cantar. Pero lo único que consigiuió el de Hoboken con “Meet Frank Sinatra”, rebautizado como “Here’s Frank Sinatra” y finalmente “The Frank Sinatra show”, fue clavar la tapa de su ataúd.


A la CBS le costaba demasiado caro un programa de variedades con numerosos invitados entre cómicos, cantantes y orquestas como para que el índice de audiencia fuese menos de la mitad que el de otros espacios similares de la competencia, como el show de Milton Berle. El programa aguantó en antena desde julio de 1950 hasta abril de 1952.

Para entonces Frank Sinatra estaba alcanzando el punto más duro de su descenso a los infiernos, y aún tendría por delante un difícil camino hasta lograr resurgir y convertirse en el más grande del show business.

En 1957 ya lo había conseguido. Sus discos en Capitol se vendían bien y obtenían excelentes críticas, y no había teatro, casino o sala de actuaciones que no le ofreciese un cheque en blanco por tenerlo en cartel, amén de todos los guiones que tenía sobre la mesa para trabajar en Hollywood.

Fue entonces la cadena ABC le que le propuso protagonizar un nuevo “The Frank Sinatra show”, otro espacio de variedades por el que pasaron invitados de la talla de Bob Hope, Peggy Lee, Kim Novak, Dean Martin, Ella Fitzgerald, Sammy Davis Jr. o Bing Crosby. Los datos de audiencia, sin embargo, llevaron a la cadena a eliminarlo de la parrilla en junio de 1958, nueve meses después de la primera emisión.

El fracaso televisivo de La Voz ha sido siempre una gran incógnita para los biógrafos y estudiosos de un artista que logró triunfar en el resto de las disciplinas en las que se aventuró (incluido como director de orquesta). Algunos argumentan que el estilo de Sinatra era demasiado “cálido” para un medio tan “frío”, dado que el artista se comportaba con sus invitados ante la cámara igual que lo haría en un escenario, con abundantes bromas y un actitud informal y desenfadada.


No obstante, el cantante seguía estando ligado a la ABC por contrato, así que llegó a un acuerdo con los directivos para liquidar éste a través de una serie de programas mejor preparados, más atractivos, apoyados sobre todo en la reunión de una contundente cuadrilla de invitados. Así nació el “The Frank Sinatra timex show”, que conoció cuatro emisiones, entre octubre de 1959 y mayo de 1960. El primero de ellos presentó junto a Sinatra a Bing Crosby, Dean Martin, Mitzi Gaynor, en un espacio realmente divertido, mientras que el último supuso el “recibimiento” a Elvis Presley tras su regreso del servicio militar en Alemania.

Conocido como “It’s nice to go traveling” o “Welcome home Elvis”, Sinatra se empleó a fondo con este programa para aprovechar la ocasión y dejar claro ante millones de telespectadores que Elvis podía ser el rey del rock, pero él seguía siento el gran jefe. Para lograrlo, convocó a parte de su camarilla habitual, entre ellos Sammy Davis Jr., Joey Bishop o su propia hija Nancy Sinatra. Además, vistió a Elvis de esmoquin y le hizo cantar a dúo ‘Wichcraft’ y ‘Love me tender’, con arreglos algo “tramposos” de cara al muchacho de Tupelo. Pero en 1960, Elvis era mucho Elvis. Dean Martin no estuvo presente en aquel programa. Se excusó alegando un compromiso en Atlantic City. En realidad ya había dejado claro que no tenía el menor interés en quedar en ridículo midiendo sus fuerzas con el artista más popular en todo el mundo en aquellos días.



Los especiales

Con aquel momento histórico, su mano a mano con Elvis, Sinatra se despidió de los programas de televisión periódicos. A partir de entonces solo se implicaría en especiales, que grababa cada cierto tiempo, a su medida y antojo, dedicados por completo a la música, sin números cómicos ni otras complicaciones.

El primero de aquellos programas le dio la razón. “A man and his music”, emitido en 1965 por la NBC, obtuvo una audiencia moderada pero unas críticas excelentes, además de dos premios Emmy. Respaldado por su arreglista y director de orquesta de cabecera, Nelson Riddle (más una sección a cargo de Jordon Jenkins, otro habitual), Sinatra repasa algunos de sus clásicos en diversos escenarios, sobrios y elegantes, con una puesta en escena sofisticada que dejaba todo el protagonismo a la música.

El arranque del espacio es ya todo un clásico. Una silueta entra en una sala inmensa en penumbra, los pasos suenan firmes. Llega hasta una banqueta, se sienta, y en ese momento orquesta y cantante arrancan con ‘I’ve got you under my skin’ al tiempo que se encienden los focos. A partir de ahí, un verdadero festín. ‘I get a kick out of you’, ‘My kind of town’, ‘Come fly with me’, ‘The lady is a tramp’, ‘I’ve got the world on a string’, ‘Witchcraft’, ‘You make me feel so young’… Sinatra se siente cómodo, joven, y aunque esté a punto de cumplir los cincuenta destila el mismo entusiasmo que cuando arrastraba legiones de jovencitas veinticinco años atrás.

En ocho meses, julio del 66, la CBS programó un nuevo especial, “A man and his music, Part II”, en el que el cantante seguía mostrándose pletórico y rebosante de energía, aunque más relajado en lo que a interpretación y repertorio se refiere. Éste fue uno de los especiales que Sinatra quiso aprovechar para enganchar nuevos oyentes, parte de ese público joven que renegaba de él por ser el artista favorito de la generación anterior. Así que invitó a su hija Nancy, la dejó cantar un par de temas y después se marcaron varios duetos juntos que, aunque simpáticos, sólo ponían de manifiesto el evidente salto generacional. No obstante, hay momentos memorables, como las vibrantes revisiones de ‘Luck be a lady’, y ‘That’s life’, o el magistral intimismo alcanzado con el medley ‘Angel eyes’/‘Put your dreams away’.

Siendo notable esta segunda entrega, el tercer especial, emitido en noviembre de 1967, volvió a elevar la marca a la altura del primer espacio. “A Man and his music + Ella + Jobim” presentó en pantalla a Sinatra junto a la cantante Ella Fitzgerald y al cantante y guitarrista Antonio Carlos Jobim, nuevamente con Nelson Riddle a cargo de la orquesta. Es el más jazzístico de los especiales televisivos, con un Sinatra en plenas facultades y diversos temas a cargo de cada uno en solitario además de varios duetos. La hora de metraje atesora bastantes momentos impagables, como la rendición de Frank al clásico negro ‘Ol’ man river’, ese ‘The girl from Ipanema’ junto a Jobim o el tour-de-force final con la Fitzgerald de la mano de ‘The lady is a tramp’.


Estos tres especiales, los que ahora reedita Universal, son con diferencia los mejores que grabó Sinatra, sobre todo si se comparan con la siguiente entrega, “Francis Albert Sinatra does his thing”, de 1968. Éste fue el más evidente de esos intentos por conectar con el público joven, para lo que el artista no dudó en salirse de su lista de invitados habituales y convocar a dos nombres fuertes del momento como eran Diahann y The 5th Dimension. Cabe destacar como anécdota que cuando Sinatra recibió la noticia, pocos días antes de la grabación final, de que se habían ultimado los trámites de su divorcio con Mia Farrow, se deprimió tanto que canceló la sesión; lo que el público vio el 25 de noviembre en la cadena CBS era en realidad una grabación del ensayo de vestuario.

Mucho más austero y lacónico resultó, en 1969, Sinatra, que contrasta radicalmente con el especial de 1965 al ofrecer apenas un par de temas con cierto swing. Gracias a eso el programa resulta más honesto y emocionante, porque deja entrever la preocupación y el hastío del cantante ante el paso de los años y la pérdida de un lugar prominente en la industria musical. No es de extrañar que poco después anunciase su retirada.

Pero habría tiempo antes para un primer especial en directo, grabado en 1970 durante un concierto en Londres, Live at Royal Festival Hall. La BBC fue quien retransmitió el evento, que contó como presentadora estelar con la princesa Grace de Mónaco (otrora Grace Kelly) compañera de reparto de Sinatra en la película Alta Sociedad. En este recital Siantra se presenta correcto, sin alardes excesivos ni riesgos innecesarios, pero dejando de manifiesto su magnífico control de la voz, la respiración, el fraseo, la distancia con el micrófono… en definitiva, sus muchos años de experiencia en el escenario.

Del Madison a la leyenda

Tras anunciar su retiro el 13 de junio 1971, apenas dos años después volvía a estar en activo. El aireado regreso se saldó con dos especiales muy diversos. El primero, en 1973, presentaba a un Sinatra al que por primera vez se le veía realmente mayor, con un peluquín infame y algunos kilos de más. Tampoco estaba en su mejor momento vocal, y la revisión de algunos clásicos dejaba que desear. Sin embargo, tal vez por la ilusión del nuevo comienzo, lograba hacer brillar dos de sus éxitos más recientes, ‘Let me try again’ y ‘Send in the clowns’. Lo mejor de este especial, no obstante, es la química que destila junto al invitado de excepción Gene Kelly, quien se marca un baile al más puro estilo de la vieja escuela mientras Sinatra entona ‘Nice and easy’.

El regreso se remataría en 1974 con “The main event”, la emisión televisiva de uno de los conciertos que Frank Sinatra ofreció en el neoyorquino Madison Square Garden. Este espectáculo, que también quedó plasmado en un álbum, es otro de los puntos de inflexión de la carrera del artista. Bajo los focos de la catedral del boxeo, escenario de incontables veladas musicales, Frank Sinatra era investido mito popular estadounidense entre aplausos y vítores de un público entusiasmado. El célebre artista se convertía en mito. A pesar de la pobre labor de edición, el especial televisivo logra trasmitir parte de esa euforia alrededor de aquel hombre solo sobre el cuadrilátero, que con razón entona con energía adolescente el grito de ‘That’s life’. “Jamás había sentido tanto amor en una sala en toda mi vida”, confiesa entre temas un Sinatra abrumado por la emoción. Es asombroso ver cómo consigue poner a bailar a medio aforo con su arrolladora versión de ‘Bad, bad Leroy Brown’, y sumir el ambiente a continuación en el intimismo más emotivo a través de una de sus “saloon songs” más notables, ‘Angel eyes’.


1977 y 1980 fueron los años de dos programas con mucho más atractivo para los mitómanos que para los melómanos. El interés de “Sinatra and friends” y “Sinatra: The first 40 years” radica principalmente en la reunión de innumerables estrellas alrededor del protagonista, con interpretaciones que no pasan de correctas y puestas en escena sin el más mínimo atractivo.

“The man and his music”, en 1981, fue un intento de recuperar el pulso de los especiales originales, apostando plenamente por la música y dejando a un lado duetos, bailes y experimentos con gaseosa. Nada menos que Count Basie y su orquesta acompañan a Sinatra en esta ocasión. Sin embargo, resulta demasiado artificial, apenas queda nada de la frescura y espontaneidad de 1965. Sinatra y Basie hacen bien su trabajo, pero la realización es incapaz de actualizar una propuesta que hubiese resultado notable veinte años atrás. Salva la apuesta el guitarrista Tony Mottola, que da la oportunidad a Sinatra de entonar dos versiones notables de ‘The girl from Ipanema’ y ‘I get a kick out of you’.

El cantante protagonizaría dos especiales más durante los ochenta, ambos, grabaciones en directo emitidas por Showtime. El primero de ellos, “Concert for the Americas”, fue un concierto de 1982 celebrado en República Dominicana, que contó con el lujo de la orquesta de Buddy Rich. El extraordinario baterista se marca un par de solos a la altura de su leyenda, mientras Sinatra ofrece una de sus últimas grandes interpretaciones, con un repertorio bastante equilibrado entre clásicos de todas sus etapas, incluyendo esa canción que tanto odiaba y que definía como “un verdadero pedazo de mierda”: ‘Strangers in the night’.

Los años finales

En 1988, un septuagenario Frank Sinatra tenía la imperiosa necesidad de sentirse joven. Para conseguirlo decidió llevar adelante lo que todos le advertían que era una locura. En los días de Michael Jackson, Madona y la Mtv, decidió reunir a sus amigos del Rat Pack, Dean Martin y Sammy Davis Jr., para recorrer el país llevando a las grandes audiencias un espectáculo similar al que solían ofrecer en Las Vegas treinta años atrás. Y contra todo pronóstico, se agotaron casi todas las entradas para “The comeback tour” antes de que llegaran a ofrecer el primer show.

Showtime tenía previsto filmar uno de los conciertos para su posterior emisión cuando, a los pocos días del comienzo de la gira, un Dean Martin agotado y desencantado decidió abandonar para volver a sus tradicionales espectáculos en hoteles y casinos. Ante la imposibilidad de cancelar, Frank y Sammy ficharon a Liza Minelli y rebautizaron la gira como “The ultimate event”. Se grabaron varios conciertos en Detroit, a finales de 1988, y la edición con lo mejor de cada uno fue lo que finalmente se emitió en mayo del 89. Sammy abría el programa, demostrando que seguía siendo el artista más completo y perfeccionista del show business estadounidense, seguido por Liza y finalmente Frank. Y tras las secciones individuales, llegaba el divertido cierre a cargo de los tres. Estaban viejos, pero aún resultaban irresistibles.


En 1990 y 1995 respectivamente se prepararon dos nuevos especiales: “Sinatra 75: The best Is yet to come” y “Sinatra: 80 years my way”. El primero era un refrito de imágenes de archivo, algunas entrevistas y reciente material en directo, mientras que el segundo fue un multitudinario homenaje, con la presencia de talentos de la talla de Bob Dylan, Bruce Springsteen, Ray Charles, Bono, Little Richard o Tony Bennett, entre otros; el tipo de programas que Sinatra nunca quiso porque eran sinónimo de despedida inevitable.

Entre ambos espacios, en 1994 la CBS combinó cortes de duetos televisivos de los 50 y 60 con algunos vídeos musicales del disco más reciente y popular del cantante, para confeccionar el programa especial “Sinatra duets”, que no era más que un vehículo promocional del álbum homónimo que había devuelto al italoamericano a lo más alto de las listas a comienzo de los años noventa.

Sinatra moriría poco después, el 14 de mayo de 1998, ¿satisfecho tras aquel triunfo final?Después de todo, cuando ya nadie lo creía capaz de remontar vuelo, había tenido la oportunidad de demostrar a la generación de sus nietos quién había sido y sería por siempre “el jefe del cotarro”.