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En ese tema Sinatra era muy estricto. No soportaba que la gente no supiese ir vestida correctamente para cada ocasión. Le molestaban por igual el hombre que acudÃa a una cena sin su esmoquin de rigor como el que se vestÃa con él para asistir a un espectáculo con el que no encajaba ese vestuario; y por supuesto, jamás habÃa que llevar un esmoquin en domingo.
Tras tomar una reconfortante ducha, ya en la habitación del hotel, volvÃan a embutirse en un albornoz, y mientras un miembro de su “camarilla” les preparaba el atuendo, ellos paladeaban un whisky y fumaban un par de cigarrillos. Shirley MacLaine asistió, como “mascota” del Rat Pack, a varios de aquellos ceremoniales, y se quedaba verdaderamente perpleja de que unos hombres pudiesen cuidar de forma tan pulcra y detallista su aspecto. Al final, el gusto por la elegancia se convertirÃa en otra de las señas de identidad del grupo.
En el momento de vestirse, como cualquier mortal, todo empezaba por la ropa interior. Blanca, inmaculada, planchada. Las camisas eran siempre nuevas, también blancas, almidonadas. El traje, bien aireado tras ser planchado especÃficamente para cada ocasión, habÃa sido bien seleccionado según el momento. De igual modo se hacÃa con el tipo, color y material de la corbata o la pajarita, seda siempre, a escoger entre una amplia variedad cuidadosamente doblada en los cajones de un arcón de viaje.
Frank y Dean eran muy especiales para los colores, Sinatra sobre todo, hasta el punto de llamar la atención a la gente en medio de una fiesta. Lo más imperdonable era llevar un traje marrón por la noche. Para ese momento, siempre negro. Tal vez azul, si era un azul “medianoche” o, si no habÃa más remedio, un gris oscuro. En 1965, Frank y Dean acudieron juntos al popular programa The Tonight Show, presentado por Johnny Carson. Durante la emisión en directo, la pareja, embutida en sus elegantes esmóquines negros, interrumpió el guión previsto para recriminar al presentador, los invitados (Joey Bishop entre ellos) y la banda de música que fuesen vestidos con trajes grises. “Se supone que esto es un programa de media noche, ¿no? –comentó Frank- ¿Qué diablos hacéis vestidos asÃ?”
Durante el dÃa, por el contrario, apostaban los colores arriesgados y alegres, como el naranja (el color favorito de Sinatra) o el verde, siempre combinados con buen gusto. Frank, por ejemplo, odiaba por lo general que alguien gastase calcetines blancos con zapatos negros y pantalón gris, pero Dean lo hacÃa, aunque con tal clase que llegó a convertirse en referente estilÃstico del Rat Pack.
Él fue el primero del grupo en requerir los servicios del sastre Sy Devore, al que conoció en sus dÃas junto a Jerry. Frank y los chicos le llamaban “El custodio de los trajes reales”, y por ello estuvo en Las Vegas durante las dos semanas de enero de 1960 en las que se forjó la leyenda del Rat Pack, durante el rodaje de La cuadrilla de los once, de igual modo que los acompañarÃa más tarde en otros lugares, siempre atento para cuidar que cada uno de los ternos estuviese perfecto antes de cada función.
Cada miembro del grupo querÃa un corte determinado, y Devore se encargaba de ofrecérselo. Una de las caracterÃsticas de aquellos trajes que marcó moda era permitir que los puños de las camisas se viesen más de lo habitual, una preferencia impuesta por Dean. Tras popularizarse su trabajo con el Rat Pack, Devore llegarÃa a tener clientes como Elvis Presley, cuya manifiesta devoción por Dean Martin le llevó a intentar imitarlo incluso en su forma de vestir. En cuanto a Frank, llegó a asociarse con Sy Devore, y a mediados de los sesenta su guardarropa contaba con más de 150 trajes. Poco después dejó al sastre de Beverly Hills para decantarse por el corte inglés de Carroll & Co., Dunhill y otros maestros de Savile Row.
Ya vestidos y calados sus zapatos, relucientes como espejos, habÃa que llenar los bolsillos. “Siempre me han gustado los bolsillos –dijo Frank en una ocasión-. Cada cosa tiene su pequeño hogar, limpio y ordenado”. El pañuelo de lino blanco en el interior de la chaqueta. Pequeños caramelos de menta en el bolsillo izquierdo, junto a algunos pañuelos de papel. Algunos Camels sueltos en el derecho. En el pantalón, un clip con un fajo de billetes nuevos, ninguno menor de cien.
Estrupendo este artÃculo dedicado al estilo en la ropa de las ratas más famosas del mundo. TodavÃa le debo agradecer a Sinatra el tener una camisa naranja. Es un color adecuado para mañanas soleadas de verano y combina muy bien con el blanco. Definitivamente el estilo que tenÃan estos hombres al vestir es digno de admiración. Abrazos.
ResponderEliminarEs cierto, arcos, el naranja es arriesgado pero, bien cmbinado, es una gozada. Tengo una corbata en esa tonalidad (tirando al color teja) que me hizo pensar en Frankie cuando la compre...
ResponderEliminarSaludos
Curioso lo distintos que eran los tres en sus cosas. Pero los tres impecables.
ResponderEliminarSaludos.
Definitivamente adoro a estos hombres, ¡¡¡me encantan!!! Pues claro que es fundamental la vestimenta y el fajo de billetes sin usar como complemento ideal, ¡ja, ja! BuenÃsima la entrada Javier y las fotos estupendas. No dejes de leer en mi blog una entrada que dedicaré a los aeropuertos y las vestimentas que pululan por allÃ. ¡Un besazo!
ResponderEliminar¿Aeropuertos y vestimentas? Jeje, sin duda no dejaré de leer nada en tu blog, Sylvie. Otro beso para ti.
ResponderEliminarLo de los calcetines blancos es arriesgadÃsimo; se corre el riesgo de llamar demasiado la atención (sólo al alcance de unos pocos privilegiados como lo fueron Dean Martin o Michael Jackson). Con los puños de las camisas, ves tú, sà que me atrevo: siempre un buen trozo asomando por el traje. Pero qué grandes fueron...
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.